Semana 1

Cada semana intentaré escribir cómo nos ha ido la semana anterior, pa que os riais un poco de y con nosotros y para que sufrais con nosotros también un poco.
Esta gira empezó de la forma más surrealista posible: el sábado 31 fuimos al centro cívico donde habíamos estado ensayando todo el mes para recoger todo el material y meterlo en la furgo, porque nos íbamos el domingo. Sorpresa desagradable: nos habían robado los micros inhalámbricos. La puerta no estaba forzada, todo lo demás estaba en su sitio, hasta la bolsa de los micros estaba... pero vacía. Cabreo monumental, ganas de partirle las piernas a alguien... imaginaros, sábado tarde antes de irnos, 7 de la tarde, todo cerrado, sin posibilidad de conseguir nuevos micros. Horrible!! Para no haceros el cuento largo: un amigo nos dice que nos presta sus micros, vamos a comisaria a poner la denuncia y nos dicen que si tenemos las facturas de lo robado mejor llevarlas. Así que regresamos a casa y de camino, siguiendo un instinto de Omar, me quedo en una tienda de cosas de segunda mano, para comprar pilas recargables y ver si de casualidad tienen micros usados para comprar. Omar me dice: "y de paso mira si están nuestros micros, por si los han vendido a la tienda". Nos reímos mucho. Sí, claro, será tan tonto de haberlos vendido aquí... Pues efectivamente. Nuestros micros perfectamente expuestos en el escaparate. No me lo podía creer!! Hablar con los de la tienda, llamar a la poli, Omar ven corre y trae las facturas de los micros... Surrealismo total!! Como se nos hacía tarde y lo que queríamos era recuperar los micros, decidimos comprarlos: 150€ (es decir, 5 veces más barato que su valor real). Día de llanto y risas a partes iguales.
Conclusión 1: quien los robó es un idiota integral, porque para vender tuvo que presentar su DNI y además está su imagen grabada en la cámara de seguridad de la tienda. Así que te vamos a pillar, cabrón!
Conclusión 2: cuando tengais una corazonada, seguidla, seguro que algo bueno os trae.

Ya en gira, las cosas están saliendo de puta madre. Empezamos el martes en Granada, miercoles y jueves en Sevilla y viernes en... Granada de nuevo!! sí, yo también me pregunto quién organiza la ruta... Y os los creais o no, a estas alturas todavía vamos en mangas de camisa por la calle, así que lo siento por los que estais por las zonas a las que ya llegó el frío, pero en el sur se está de muerte!! Y que dure!!
Los niños están siendo adorables (de momento) y en Granada nos despidieron coreando: otro! otro! Claro que, después de 2 pases diarios, otro pase lo va a hacer vuestra tia. Con todo el cariño para todas las tías del mundo... Mención especial para la coordinadora de Sevilla, Rosa, nuestra Lola Flores particular. Qué arte tienen los sevillanos!! (bueno, loas andaluces en general, no se me vaya a enfadar alguno).

Semana 2

Empezamos la semana en Cádiz, aunque casi no la empezamos... ¡Menudo viento! "Compañía de teatro desaparecida después de un vendaval..." Después volvimos a Sevilla (sí, reitero mi asombro por esta ruta tan...redonda). De nuevo a la Universidad Politécnica, a estresarnos porque para descargar hay que subir la furgoneta a la acera (jajaja, y la multa nos la tendríamos que comer nosotros con patatas). Al menos, nuestra coordinadora favorita, Rosa, nos alegra el día.
Después, caminito a Málaga. Allí la estrella es nuestro técnico Gabi (aunque nos llame posesivos por darle esta etiqueta, bueno Gabi, no eres nuestro técnico, pero nos vendiste tu alma al firmar con nosotros, jajajajajaja). Resulta que en el fondo tiene alma de actor y interactúa con nosotros durante las representaciones y encima antes de las mismas hace de animador con los niños (así que si dentro de unos años aparecen unos adultos traumatizados con el teatro, ya sabremos de quien es la culpa). Bueno, pues en Málaga, no se le ocurre otra cosa que decirles que a actuar iba a salir Antonio Banderas. Y los niños muertos de risa. Al salir lo despedían con un: "Adiós, Antonio."
Entramos 3 a Málaga y estuvimos a punto de salir 4, porque una mocosa de no más de 7 años nos dice: "Me voy con vosotros". Al principio cachondeo, risas, "¿a ver, niña, tu crees que entras en esta furgoneta que va hasta los topes?"... después, al ver que iba en serio, ya nos entró una mezcla de miedo y pena. Miedo por "niña, no nos metas en problemas" y pena porque si está dispuesta a irse así con unos desconocidos es que quizá en su casa lo pase mal. Aunque hay una tercera explicación: somos como el flautista de Hamelín. Hemos llegado a la conclusión de que si quisieramos raptarnos algún niño, lo tendríamos fácil, porque causamos una inexplicable fascinación a los niños, tanto dentro como fuera del escenario. ¿Será el desodorante?
Y ya para acabar la semana, pa Córdoba, ¡ea! Uno de nuestros escenarios "favoritos": la sala de los rebotes. Tu hablas y parece que te hayas multiplicado por mil. Sólo deciros que una de las canciones la tuve que seguir por el ritmo de la batería, porque si seguía la melodía me iba de tiempo. Aun así, pedazo técnico que tenemos (somos así de posesivos) que encima en las valoraciones finales de los profesores nos felicitaron por el buen sonido. Todavía nos estamos riendo.
Lo bueno: nos vuelve a tocar nuestra Rosa, que encima nos compra unas empanadas de atún y tomate típicas de Córdoba que... mmmmmmmm. Aunque claro, el tercer pase lo hicimos con el estómago lleno. Pero valió la pena.
¡Hasta la semana que viene!

Semana 3

Bueno, chicos, aquí seguimos con el buen tiempo. ¡Parece increíble, pero a estas alturas todavía dormimos en pelotas! jajaja ¡Que dure! Empezamos la semana en Huelva, en un centro social horrible, con un "escenario" con la mitad de atrás de madera y la parte de adelante, el proscenio, de... ¡baldosas! Y no amarillas precisamente... Al menos la respuesta del público fue muy buena. Lo que fue inquietante en Huelva fue que Omar y yo traíamos una especie de carga extraña que rompía los aparatos eléctricos del hotel. ¡Literalmente! Primero fue una bombilla de la zona común de WIFI: al encenderse todas, petó la que teníamos encima. Después, casi nos quedamos encerrados en el ascensor, porque dejó de funcionar momentáneamente. Para entrar y salir del párquing, no nos funcionaba el botón. Y el colmo ya fue cuando a la señora que se alojaba en la habitación del lado tuvieron que llevársela en ambulancia. ¡Qué miedo!
Después hacia Jerez de la Frontera. Y si el teatro de Huelva era horrible, el de Jerez era de todo menos un teatro. Era un "tablao" en un cole. Además, los telones de fondo escondían una sorpresita: unas puertas de madera enormes que daban a la iglesia del centro. Imaginaros, Nosotros montando y el cura recitando su misa a los pobres niños. ¡Qué ganas nos dieron de poner Black Sabbath a toda hostia!
De camino a El Ejido tuvimos que coger una Nacional muy bonita, pero poco práctica. Aunque nos dio un par de anécdotas muy buenas. Cerca de Calahonda hay un pueblo que tiene una máquina expendedora muy particular. Si estáis por ahí y os entran una ganas irrefrenables de ir a pescar a las 3 de la mañana, no os preocupéis, porque tienen una maravillosa máquina surtidora de...¡cebo vivo! Sin palabras. Un poco más adelante sorprende un cartel señalándote, en plena provincia de Almería, la presencia de un lugar llamado "Castell de ferro". Increíble.
Por fin en El Ejido fuimos a un auténtico teatro, con una patio de butacas en donde todos los niños podían vernos sin problemas, con luces propias y un escenario al que podíamos llamar escenario.
Después, camino a Almería, a ver de nuevo a Willy, al entrañable encargado del Teatro Cervantes. Que no os engañe su nombre. Antes era un teatro maravilloso, con unos palcos preciosos, un escenario enorme. Ahora es la sombra de lo que fue. De hecho, aparte de los infantiles, ya no se hace teatro, sino que está habilitado como cine. Y ahí es donde me llevé una agradable sorpresa. Ya recogiendo, después de la función, resulta que nos enteramos que las dos noches previas se había proyectado "Eloïse" en ese cine. ¡Sorpresón! Yo sabía que la peli se proyectaba en Almería, pero en otro cine. Pero resulta que, por alguna cosa extraña, se pasó allí también justo antes de que fuera a actuar. Pero lo más curioso del asunto fue que estando justamente en ese teatro, 4 años antes, con otra gira infantil, me llamó Pérez Giner, el productor de la peli, para decirme que les interesaba mi guión. ¿¡!?
Se cerró el circulo de la forma más maravillosa posible.
¡Besos a todos!

Semana 4

Bueno, ahora sí, nos empieza a llegar el frío, aunque con cuentagotas. Ahora es ese momento "jodío" de salir del hotel a las 7,30h, con un frío marrano, y salir del teatro a las 14,30h con un calor implacable. Empezamos la semana en donde la habíamos dejado la anterior, en Almería, un lugar en donde nos sentimos como en casa por el buen trato de la gente del teatro (aunque dice Gabi que se va a hacer un cambio de sexo para que los encargados de los teatros le hagan el mismo caso que a las coordinadoras que presentan nuestra obra).
De allí para Cartagena. Y que no se me enfaden los de allí, pero es que es el segundo año que vamos y seguimos sin encontrarle la gracia a la ciudad. Todos sus monumentos y lugares históricos nos parecen extremadamente abandonados... Pero los niños nos recibieron con todo su encanto, eso sí. Y su salero. Que cuando el Patito Feo se encuentra a la patita Violeta y ella le dice que le falta una pata, un niño no se puede reprimir y grita: ¡Oh, Dios santo! O cuando le pregunta, ya en evidente estado de que le ha gustado Violeta, "Violeta... quieres..." (siguiendo la frase: ir al estanque a nadar conmigo) otro salta "... venir a mi casa?" Ay, niños... Claro que los profes no se quedaron cortos, porque al salir nos viene una diciendo que era el mejor espectáculo que había visto en años, que muchas felicidades. ¡Tonta! ¡Que nos emocionas! Así que, evidentemente, nos fuimos con una sonrisa estúpida en la cara... Sonrisa que se nos mutó en cara de gula al comer en un maravilloso restaurante de pueblo en las afueras. De los mejores lugares en donde hemos comido.
Después nos fuimos pa Murcia, al Auditorio de Beniaján, un pueblo muy cercano a la ciudad. Y aquí ya es donde empieza a hacer acto de presencia el cansancio acumulado de todas estas semanas, porque tanto allí como en Elda, Alicante, al día siguiente, hay momentos en las funciones en donde tanto Omar como yo, perdemos la energía. Y claro, el público no lo nota, pero entre nosotros sí. Por suerte, ya hemos aprendido a dosificarnos y a bajar en algunos momentos de la obra para poder subir en otros. Y es que la edad...
Así que ahora recuperamos fuerzas en Murcia para afrontar esta última semana de gira de esta primera parte.
Hasta la próxima, en donde ya escribiré desde casita. Oh, casita...

Semana 5

Y efectivamente, como os prometí, os escribo desde casita... aunque sólo por unas horas.
Empezamos la semana en Murcia y sus maravillosos mesones (sí, sí, ya sé que nuestro turismo es sólo del bar al restaurante y del restaurante al bar, pero es de lo único que tenemos tiempo... y quien se lo quiera creer que se lo crea). Cuando vayais a Murcia acordaros de el Mesón Los Soportales. Bueno (buenísimo), bonito y barato.
Esta semana la hicimos con Tanit, la sustituta de Omar, porque él tuvo que sustituir a Gabi a los mandos técnicos (nos lo robaron vilmente para otro trabajo, grrrrr, jijiji, un beso Berta y mucha mierda en tu obra!!). Así que el primer día fue un poco caótico, sobretodo para mi, con compañera de escena nueva y técnico nuevo. ¡Qué estrés! Pero todo salió maravillosamente y los dos estuvieron a la altura. Y como los dos primeros días fueron en el mismo lugar pudimos descansar y guardar fuerzas para la recta final.
De allí nos fuimos a Alicante, a un cole Maristas que tenía el "teatro" en una especie de bunker, cruce entre iglesia y almacén militar. Os juro que al menos esa fue la sensación que me dió. Y encima a la coordinadora se le ocurre sentar a los niños a partir de la fila 5 (porque, según ella, si no no veían). Así que nos daba la sensación de estar en la trinchera lanzando nuestra frases por el aire, como si fueran granadas, para que les llegara a los niños. Muuuuy raro.
Y de allí a... ¡tarán! Málaga. Los que habéis seguido regularmente estas notas sabreis que en Málaga ya estuvimos y los que sepais mínimamente de geografía sabréis que Alicante y Málaga distan casi 500 Kms. Así que... maratón de carretera. ¿Y por qué? Porque a nuestra querida empresa contractante se le ocurrió que en vez de perder a 400 niños como clientes, preferían perder a una compañía en la carretera y mandarla a hacer un bolo que se había caído (y no por culpa nuestra). Así que, a pesar de nuestras quejas más enérgicas, nos mandan para allá. Y encima a nuestro cole preferido (aquí poned el tono más irónico que encontréis): un cole con un pasillo de más de 200 metros hasta el teatro, pasillo que tenemos que hacer de arriba a abajo cargados con trastos en varios viajes. ¡Antes de empezar la obra ya estábamos sudando!
Pero bueno, todo salió bien y encima la vuelta a casa la hicimos en avión, así que llegamos medio descansaditos. Y vuelta a empezar la próxima semana: el lunes temprano de nuevo avión hasta Málaga, recoger el coche y volver a... Murcia. Sí, damas y caballeros, otra vez Murcia. Suerte que ya es la última semana antes de vacaciones.
¡Hasta la próxima!
P.D.: Todo este trabajo tiene su recompensa: ¡vamos los primeros en cuanto a valoraciones postivas de todas las compañías de la empresa, con más del 97%! Ala, ahí os dejo el dato. ¡Besos!

Semana 6

¡Y última! (para este año) Aunque en realidad son dos semanas a medias, que sumadas dan... mmm... ¡una! Empezamos en Murcia (again), en el Auditorio de Beniaján, que es ya como nuestra segunda casa. ¡Nos conocemos palmo a palmo ese teatro! De ahí a Dénia (Alicante), para al día siguiente volver cerca de Murcia, en Orihuela. ¡Qué de vueltas! en Orihuela hicimos de teloneros de David Bisbal... aunque con unos días de diferencia. Y seguramente algunos profes que vinieron a vernos se pensaron que lo iban a ver a él, porque la obra les pareció "monótona" y "con pocos actores". Menos mal que la otra mitad del público salió contenta.
Acaba y pa casita un fin de semana. No es mucho, pero nos da para descansar un poco y coger fuerzas para los dos últimos días, que serán un verdadero tour de carretera: lunes en Zaragoza y martes en Valencia.
Y, ¡tarán! Zaragoza tiene el triste honor de convertirse en la primera ciudad en darnos un "No" en las valoraciones. Te podrá gustar más o menos la obra, pero ver a tus alumnos saltar de alegría en la silla mientras cantan las canciones y participan en la obra y darle un no a la obra es ser muy mezquino. Y todavía tener el morro de escudarte con un "los niños se han aburrido" es ser muy poco honesto. Tú te habrás aburrido, no lo niego, pero es que te olvidas que... ¡la obra es para tus alumnos, no para ti! En fin, que alguien se levantó con el pie izquierdo ese día.
Claro que lo más interesante de ese día estaba por venir: autovía Zaragoza-Valencia, con Teruel casi aislado por la nieve. En la mañana, esa misma autovía estaba cerrada por la nieve y justo cuando la pillamos la reabren. ¡Qué pu.. suerte! Claro que menudo viajecito. Nieve por todos lados y con una hilera de camiones como nunca había visto antes. Menos mal que paramos a comer en Calamocha y pudimos degustar de primera mano las virtudes de sus magníficos jamones. ¡Qué rico!
Y Valencia se convierte en el primer teatro en el que pasamos un frío horroroso (y esperemos que sea el único). Y encima, cuando preguntamos por los camerinos nos señalan una habitación fuera del teatro. O sea, que te pones el vestuario, sales al frío y entras al teatro. Acabas la obra, sudando a mares, y tienes que salir de nuevo al frío para entrar al vestuario. Resultado: si no pillas un catarro es porque alguien de allá arriba te debe un favor bien gordo. Así que decidimos cambiarnos detrás del telón de fondo. Y por fin, después de los medio fiascos de Orihuela y Zaragoza, las valoraciones vuelven a su rumbo normal, es decir, un éxito atronador, jejeje. ¡Qué maravilla de niños en Valencia! Participativos y metidos de lleno en la historia.
Y ahora sí, para casita y a descansar tooooodo un mes (bueno, eso de descansar es en sentido metafórico, que ya sabéis que somos unos culos inquietos y no podemos estar sin hacer nada). ¡Nos vemos de nuevo en enero!

Semana 7 y 8

Sólo una introducción breve para hablaros de la 7a semana. A principios de enero nos fuimos para el norte: Avilés, Santiago de Compostela, Coruña, Vigo y Santander. Resumen: poco tiempo para tantos kilómetros. Apenas pudimos disfrutar la zona. Ahora, eso sí, el finde comimos pulpo a la gallega y mojitos (en un bar cubano delicioso) en A Coruña y queso picón y embutidos de primera en Santander. Quien no haya comido queso picón... buff, todavía no sabe lo que es el queso!!!!
Ahora sí, la semana que nos ocupa. Estamos por los madriles. Ya nos toca toda la zona centro. Ha sido una semana algo rara, por corta. Empezamos el miércoles en el Centro Cultural Antonio Machado. Toma ya! La anécdota del día fue que en los aplausos finales, cuando hago callar a la gente para hacer que canten la canción final, se queda un niño todo embelesado, aplaudiendo solo. Cuando se da cuenta del hecho, se gira todo indignado hacia sus compañeros y les grita "Eh, por qué no aplaudís?".
El jueves fueron dos pases bien raros. El primero empezó con todo un coro de niños pequeños llorando durante más de 10 minutos. Y claro, aguanta el tipo y tira texto. Buff! Pero, de repente, mágicamente, empiezan las canciones y todos se ponen a cantar a pleno pulmón y a dar de palmas. Y a pedir a gritos: otra, otra!!!! Al final nos dieron un buen subidón de energía. En el segundo pase tuvimos algunos niños con síndrome de Down y otras deficiencias mentales y... fue alucinante la respuesta que tuvimos. Super atentos, super divertidos... Al final, un niño se nos acercó a tirarnos besos y a saludarnos. Quién se puede resistir a eso?
El viernes estuvimos en el mismo lugar y sólo tuvimos un pase, así que nos quedó mucha energía para salir en la tarde de fiesta. Iuju! Alguien me puede decir por qué en Madrid hay tanta sidrería? Descubrimos un montón de luugares alucinantes, así que quién quiera referencias para turistear por Madrid, que nos las pida. Como por ejemplo, un mesón cubano (qué nos pasa con los cubanos últimamente?) en donde la dueña te trata de los mil amores y puedes comer, ropa vieja, yuca frita, revoltillo, arroz con frijoles... todo regado con mojito, caipirinha, piña colada... uf, todavía se me hace la boca agua!! Y para acabar el finde, nos invitaron a ver el último espectáculo de El Brujo y... bueno, me decepcionó muchísimo (creo que Omar incluso dormitó un poco). En fin, que no lo recomendamos para nada.
Ala, a seguir capitaleando!
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